Cuando el duque de Osuna Pedro Téllez-Girón fue nombrado virrey de Sicilia en 1610, la escuadra española de Sicilia no tenía galeras en condiciones de navegar, y la población temía una invasión turca. En julio de 1612, ocho galeras y algunas embarcaciones de vela habían sido construidos siguiendo las instrucciones de Osuna, siendo las últimas asignadas a tareas de transporte. El virrey confió el mando de esta pequeña flota al palermitano Octavio de Aragón, su comandante naval favorito.

De Aragón realizó algunas incursiones sobre territorio otomano, atacando por sorpresa La Goleta y Cherchell. Antonio Pimentel incendió siete naves a vela lideradas por un renegado inglés en el puerto de Túnez ese mismo año. El mayor choque, así como la mayor victoria de Osuna en 1612, ocurrió cuando en agosto repelió a una enorme armada turca que trataba de tomar Mesina. Dos galeras y tres galeotas fueron capturadas, y un barco de Cartagena tomado como presa fue recuperado.
Octavio de Aragón zarpó hacia el mar Egeo al mando de sus ocho galeras. Al sur de Samos, el almirante fue informado de la presencia de las diez galeras turcas de Sinari Bajá en los alrededores. El escuadrón cruzó el estrecho de Mícala y llegó a las cercanías del cabo Corvo, donde estaba anclada la armada otomana, con dos galeras posicionadas en vanguardia, dos formando el grupo de batalla principal y tres en la retaguardia.
De Aragón, habiendo sido advertido de la presencia de los barcos de Sinari Bajá por una faluca previamente destacada al frente de su armada, ordenó el ataque, y seguido de su escuadrón se aproximó a la formación turca y embistió a su bajel insignia. Después de tres horas de combate, Sinari Bajá rindió su galera, siendo seguido por su segundo al mando y cinco otras galeras, las tres restantes lograron escapar.

Cerca de 400 soldados y marinos otomanos resultaron muertos, y otros 600 capturados. Entre los prisioneros más prominentes estaban Sinari Bajá, que murió de pena poco después, y Mahamet, bey de Alejandría e hijo de Müezzinzade Ali Paşa, quien había dirigido la flota turca en Lepanto.
Por otra parte, 1.200 galeotes cristianos fueron liberados. Las bajas en el campo español fueron muy bajas, consistentes en 6 hombres muertos y 30 heridos. Pronto regresaron a Sicilia junto a sus siete presas, que fueron incorporadas a la escuadra virreinal a su llegada a Mesina.
Bibliografía consultada:
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Enciclopedia General del Mar.
- Revista General de Marina
- https://es.wikipedia.org.
- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
- Diversos foros como:
- todoavante.es
- https://foronaval.com