
La expedición de Balanguingui de enero de 1848, fue una campaña anfibia organizada por el Gobernador General Narciso Clavería y Zaldúa para arrebatar a los piratas moros la isla de Balanguingui, en el archipiélago de Joló, que estaban utilizando como base para sus actividades de rapiña.

La expedición, compuesta por 19 buques de guerra de varios tamaños (el mayor el Reina de Castilla) a las órdenes de José Ruiz de Apodaca, zarpó de Manila para ser acompañada de fuerzas adicionales en Dapitán y Zamboanga, y llegó a Balanguingui el 12 de febrero.

La isla estaba defendida por cuatro fortalezas. La campaña terminó poco después, y fue un duro golpe para los piratas, ya que además de capturar cuatro fuertes y algunos pueblos, los españoles destruyeron más de 150 embarcaciones y liberaron a cerca de 550 cautivos retenidos por los bandidos del mar.

Asalto del fuerte Balanguingui:

En la madrugada del 16 de febrero, aprovechando que la marea baja había dejado el fuerte unido a tierra firme, fueron desembarcadas las compañías de infantería que fueron destinadas a la toma del fuerte, mientras que las restantes, a las órdenes de Andrés Arriete, permanecieron como fuerza de reserva. Dos vapores y dos pailebotes, con el apoyo de algunas embarcaciones menores, comenzaron a la vez a bombardear la fortificación, y cuando se estimó que este ataque había hecho caer la moral de los piratas, se dispuso el asalto.

Se hizo necesario recurrir a garfios para trepar a los muros del fuerte, ya que sus paredes estaban construidas por troncos de árboles de 2 a 3 pies de diámetro y de 18 a 20 de altura, reforzados por empalizadas de contención de piedrapero a pesar de a pesar de este inconveniente y la obstinada resistencia de los moros, que se defendieron con rifles, granadas, lanzas y piedras, los españoles consiguieron llegar a sus posiciones y hacerse con ellas. Unos 25 piratas murieron durante el combate en el interior del fuerte, mientras que otros 30 o 40 se zambulleron en el agua y se ahogaron o murieron a causa de los disparos desde las falucas y los botes armados hispanos. Las pérdidas de las autoridades coloniales ascendieron a 5 soldados regulares y 2 auxiliares muertos, y a unos 50 heridos, entre ellos los coroneles José María Peñaranda y Cayetano Figueroa.
Toma de los fuertes Sipac y Sungap

Una vez superado el primer propósito de la operación, los españoles decidieron entonces adentrarse en la isla a través del canal junto a los botes, pero no había suficiente profundidad y tuvieron que quedar atrás. Clavería dio la orden de apoderarse el fuerte llamado Sipac. Durante la fase de reconocimiento descubrió que las fuerzas navales no podían aproximarse para rodear la fortificación, de modo que mandó desplegar sus dos piezas de artillería de montaña del calibre 12 en el istmo. Las tropas permanecieron en sus posiciones hasta el amanecer del día 19, momento en que fue dada la señal de asalto, al oír los acordes comenzó el fuego de la artillería, que aunque fue nutrido y preciso no doblegó la resistencia de los piratas que resistían en los muros blandiendo sus armas y desafiando a los soldados españoles. Viendo la situación, el Capitán General Narciso Clavería Zaldúa, acompañado por su Estado Mayor y una escolta de infantes de marina, arengó a las tropas, exhortándoles a cumplir con su deber como se espera de los soldados españoles Una hora más tarde, las columnas de ataque, que contaba con 50 escalas, se lanzó al asalto; se toparon con una densa descarga de fusilería por parte de los defensores piratas, pero lograron salvar los obstáculos de madera y adentrarse en el fuerte.

Cerca de la principal fortaleza, al otro lado de una espesa arboleda de cocoteros, estaba el pequeño fuerte de Sungap que había infligido algunas bajas a los invasores durante el choque anterior. Se tomaron las 93 piezas artilleras de ambos fuertes, la mayoría cañones de bronce. Las pérdidas en las filas de la Capitanía habían sido considerables: 16 muertos, 124 heridos y 22 contusos. 340 cadáveres de piratas moros fueron apilados incinerados, para evitar el contagio de enfermedades.

Toma del fuerte Bucotigol
Quedaba un último fuerte en manos de los piratas de la isla, sobre el cual los españoles recibieron información de cautivos fugitivos acerca de que sus ocupantes estaban haciendo preparativos para su defensa. Estos fugitivos mostraron también a Clavería y sus hombres un punto desde el cual podían acercarse a la fortificación sin ser vistos. El 21 de febrero, desembarcaron en el lugar señalado con el objetivo de reconocer la zona y, si fuera posible, tomar el fuerte. Peñaranda y su compañía, una vez en tierra, avanzaron con el agua hasta la cintura y lograron sorprender a la guarnición.
Los piratas, faltos de experiencia militar, fueron tomados por sorpresa y huyeron, abandonando el fuerte y 4 piezas artilleras que cayeron en manos españolas. Después de esto, dos botes armados españoles y algunas vintas de Zamboanga entraron en la isla a través de sus canales y prendieron fuego a numerosos pancos y otras embarcaciones utilizadas por los piratas, en un número de 150.

La infantería mientras tanto taló entre 7.000 y 8.000 cocoteros, incendió las siete aldeas de la isla y desmanteló e incendió los fuertes. A pesar de que se desplegaron los barcos menores de la expedición durante las noches para prevenir la huida de los piratas restantes, algunos de ellos lograron escapar a Joló o las islas cercanas.

El 25 de febrero, las tropas españolas fueron reembarcadas junto a los heridos, los prisioneros y los cautivos liberados, y la flota zarpó hacia Zamboanga. Después de una breve parada en las islas de Tonquil y Pilas para informar a los nativos de allí del castigo infligido a Balanguingui, los vapores llegaron a Zamboanga el 28 de febrero, seguidos un día después por los barcos restantes.
Además de la captura de la artillería y los barcos piratas, fueron liberados unos 250 cautivos. Las bajas de la expedición española se contaron entre los 229 y los 237 hombres, de los cuales 22 murieron, pero el éxito contribuyó en gran medida a la reducción de las actividades de los piratas moros contra las posesiones coloniales hispánicas en la región.
Bibliografía consultada:
- La Infantería de Marina en las campañas de Marruecos. Jesús Núñez
- Historia de la Infantería de Marina.
- Revista General de Marina
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Enciclopedia General del Mar.
- Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
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- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
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