1333 PÉRDIDA DE GIBRALTAR

Las treguas firmadas entre los reinos de Castilla y Granada en febrero de 1331 tuvieron durante su corta vigencia una clara indefinición, puesta de manifiesto en los contactos del sultán granadino Muhammad IV con los benimerines, que concluyen con la propia presencia del sultán en Fez entre agosto y septiembre de 1332 para recabarla ayuda de Abu l-Hasan. Las consecuencias de esta entrevista se hacen notar de inmediato, pues a principios de 1.333 cruza el Estrecho un cuerpo expedicionario integrado por siete mil caballeros meriníes a cuyo frente va Abu Málik, hijo de Abu l-Hasan.

Alfonso XI de Castilla

A pesar de que Alfonso XI había sido puntualmente avisado del peligro por los jefes de Tarifa y Gibraltar, y de que ordenó a su almirante Alfonso Jofre Tenorio, que estaba en Sevilla, armar rápidamente la flota para guardar el Estrecho, no pudo impedirse el desembarco del ejército meriní en Algeciras antes incluso de que la escuadra castellana pudiera hacerse a la mar.

Abu Málik inició la marcha con sus tropas desde Algeciras, y en febrero estableció su Real en Gibraltar, comenzando el asedio de la plaza, que fue atacada sin descanso.

Torre árabe de Gibraltar

La solicitud de auxilio realizada por el alcaide del castillo de Gibraltar, Vasco Pérez de Neyra, al rey Alfonso no llegaba en el mejor momento, permaneció en Castilla mientras organizaba la ayuda a Gibraltar, ordenando al almirante Tenorio, quien se encontraba custodiando el Estrecho con quince galeras y seis naos, que se dirigiera al castillo sitiado para proporcionar a sus defensores alimentos; mientras, encomendó a los maestres de las diversas Órdenes militares que fueran a descercar Gibraltar por tierra. No llegaron nunca hasta la plaza sitiada, por lo que el almirante Tenorio envió carta al Rey diciéndole que las naves musulmanas le impedían acceder hasta Gibraltar, y que si él llegara con tropas de tierra suficientes para pelear con los sitiadores entonces podría maniobrar sus barcos para destruir la escuadra enemiga.

Almirante Jofre Tenorio

El Rey, acuciado por los padecimientos de los defensores de Gibraltar después de tres meses de asedio, decidió acceder a las recomendaciones del Almirante y partió para Sevilla intentando al mismo tiempo que la tensa situación política que dejaba en Castilla no se tornara en su contra.

El 8 de junio llegó Alfonso XI a Sevilla, entrando con él en la ciudad buena parte de la nobleza castellana. Tras partir con su hueste hacia Gibraltar, durante la estancia en Jerez le llegaron mensajeros del Almirante comunicándole que Vasco Pérez de Neyra había rendido la plaza y que los granadinos la estaban abasteciendo.

Establecido el Real en torno a Gibraltar, se preparó una expedición que sería transportada por la flota al Peñón, con tan mala organización por parte de la hueste desembarcada que los musulmanes no tuvieron grandes problemas en diezmar a los cristianos, resistiendo unos mil quinientos en la cima. Mientras, la escasez de alimentos se hizo acuciante entre los sitiadores, y la flota que debía partir de Sevilla con los suministros no llegaba por falta de viento favorable. Estas circunstancias forzaron al Rey a levantar el sitio y dejar a su suerte a los castellanos que resistían en el Peñón. Sin embargo, la actitud de algunos caballeros, que pedían a don Alfonso permanecer allí para rescatar a los del Peñón, propició un retraso durante el cual las velas de los ocho barcos provenientes de Sevilla asomaron en el horizonte.

El Rey ordenó una acción conjunta para destruir las galeras enemigas atracadas en las atarazanas: mientras se lanzaban proyectiles contra ellas el almirante Tenorio debía penetrar en el puerto e incendiarlas. Sin embargo, los musulmanes habían protegido las cubiertas de sus naves con gruesas maderas y la entrada del puerto con una empalizada.

Pero el tiempo pasaba y a pesar de los ataques y escaramuzas los defensores no parecían flaquear lo suficiente como para permitir un asalto final, convirtiendo el asedio en un desgaste para los cristianos, que además vieron su retaguardia cortada por la llegada de un ejército nazarí que atendía la solicitud de ayuda de Abu Málik. Finalmente, Alfonso XI se avino afirmar treguas con los musulmanes por cuatro años, retornando a las condiciones de la anterior tregua.

Bibliografía consultada:

  1. La Marina de Guerra de la Corona de Castilla en la Baja Edad Media, desde sus orígenes hasta el reinado de Enrique IV (Tesis Doctoral). Francisco Javier García de Castro.
  2. Castilla y el dominio del mar en la Edad Media (1248-1476) (Tesis Doctoral). Manuel Flores Díaz.
  3. Cruzados, peregrinos y mercaderías a través del mediterráneo. (Evolución del buque y la navegación en el entorno templario como base de la creación y establecimiento de las primeras líneas regulares) (Tesis Doctoral). Alberto Muñoz Amor.
  4. Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
  5. Historia de la Armada del Cantábrico. Delfín Rodriguez Fernandez.
  6. La marina alfonsi al asalto de África. José Manuel Rodriguez Garcia.
  7. Las empresas navales de Castilla. José Cervera Pery.
  8. La Marina de Castilla. José Cervera Pery.
  9. Los Almirantes y la Política naval de los Reyes de Castilla en el siglo XIII. José Manuel Calderón Ortega.
  10. Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
  11. http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.

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