Tras el fracaso de la expedición de Argel de 1775, en España se volvió a la política de vigilancia naval de las costas para evitar acciones corsarias berberiscas de la Regencia, tratándose de apresar o hundir buques enemigos. Con la llegada del nuevo secretario de Marina, Pedro González de Castejón, esta política se acentuó.

A finales de 1776 se produce un combate entre una escuadra española, liderada por Félix de Tejada, y otra argelina, cuyo arráez era Sidi Mohamet Marroquí.

El día 29 de a las 16:50, se dejó ver entre Punta Europa y Punta Almina tres buques que parecían ser los argelinos. Tejada ordenó levar a la escuadra para tratar de darles caza a toda fuerza de vela. Los enemigos eran dos jabeques de 34 y 24 cañones, del calibre de 8 y 6 libras, que navegaban con solo el trinquete; y un paquebote con todo el aparejo desplegado, que navegaban en vuelta de estesureste. Al mismo tiempo que desde la bahía de Algeciras, se vieron a los buques enemigos desde Ceuta. Barceló decidió esperar para salir.

La noche se echó encima rápidamente, y Tejada dejó de ver los buques enemigos alrededor de las 18:00. A las 19:15, al haberse rolado el viento a oeste, se puso en vela la escuadra de Barceló. Al no poder ser vistos los buques enemigos, había que deducir su rumbo: si seguían directos a Argel, su rumbo sería 80º más o menos, si bien podían cambiar radicalmente de rumbo para despistar a los perseguidores, por ejemplo, en las inmediaciones de Tetuán (175º aproximadamente), Alhucemas (125º) o el cabo Tres Forcas (105º ). Ambos pensaban que los argelinos, tras atravesar el Estrecho, teniendo un buque de menos andar que los jabeques (el paquebote), no querrían mantener el rumbo de Argel, para no ser alcanzados por la escuadra de Tejada.

A las 23:00, cinco horas después de perderles de vista, la luna permitió algo de visibilidad, descubriendo Tejada que los buques argelinos se encontraban a proa de los buques de su división. Faltaba poco para las 02:00 cuando el Gamo disparó un cañonazo. Media hora más tarde lo mismo con un cohete. Pero los enemigos seguían su curso.
Amaneció y los tres buques argelinos navegaban juntos, uno de ellos arriado el juanete para conservar la unión. Viendo los argelinos, con las primeras luces, que les perseguían solo tres jabeques –ya que a las fragatas se las dejó de ver al poco de salir de la bahía de esperaron el ataque de los españoles. El jabeque Pilar, tras acercarse un momento a recibir instrucciones del Gamo, rompió el fuego a las 08:00 con las miras de proa, correspondiendo los argelinos con una viva descarga de fusilería. A las 08:15 inició fuego el San Luis, y a las 09:00, el Gamo. Se entabló un constante y enérgico fuego entre ambas escuadras, gobernando siempre hacia la costa de África. De esta manera, sin parar de dispararse siempre que podían, fueron acercándose al cabo de Tres Forcas. La escuadra de Barceló apareció a dos leguas y media del morro de Alhucemas, y siguió navegando durante todo el día paralelo a la costa. Hacia las 11:00, la fragata Santa Lucía recibió señales del comandante de encargarse del paquebote, que se desplazó al sur del cabo. Transcurrido un rato, este buque empezó a humear al haber sido incendiada por los tripulantes argelinos Sobre las doce, los dos jabeques argelinos se habían acercado tanto al cabo de Tres Forcas, que el jabeque grande no tuvo más remedio que pasar entre el cabo y el islote que se encuentra en sus inmediaciones, algo totalmente inusual por lo estrecho del mismo.
Al argelino le siguieron por el estrecho paso el Pilar y el Gamo, este último para no exponer a aquel a ser batido por los dos jabeques enemigos en la encalmada originada al situarse tras el cabo. El San Luis había seguido por fuera cañoneando al jabeque argelino menor, y este empezó a hacer lo propio al Pilar en cuanto pasó el canal, dada la ventaja que le ofrecía la consiguiente encalmada. Los jabeques argelinos consiguieron entrar en la ensenada de Melilla perseguidos por los jabeques españoles, pasando casi a tiro de cañón de la plaza a las 13:00. Decidió Tejada que los tres jabeques españoles se concentraran en rendir al que se encontraba más próximo a la costa, el de mayor porte de los argelinos y después se seguiría al otro. Las fragatas, que iban por detrás, siguieron al otro jabeque que, a pesar de la señal de ayuda que le había mandado su compañero, se dirigía hacia el este a todo trapo, cercano a la costa.

Las fragatas le tenían tomado el sotavento, tratando de impedir que saliera por las Chafarinas. Los tres jabeques batían sin parar al jabeque grande enemigo, que se encontraba cerca de la boca de la laguna. A las 15:15, el buque argelino se vio obligado a varar, por lo que Tejada ordenó el fondeo de los tres a corta distancia de aquel, para seguir disparando. El argelino, continuaron con el fuego hasta las 17:15, en que el argelino paró de disparar y la tripulación que quedaba se tiró al agua. Tejada, que salió con el Gamo en persecución del otro jabeque, avisó a la fragata Carmen de que volviera a ayudar al San Luis. Al llegar la Carmen a la ensenada de Melilla, salió el Pilar hacia el este.
Ya de noche cerrada, el San Luis y la Carmen siguieron disparando al argelino de tanto en tanto, hasta que explotó a las 03:00, sintiéndose en Melilla. A la salida del sol, al llegar el Gamo a la altura de las fragatas Garzota y Santa Lucía, todavía de noche, desde estas se informó a Tejada de que, a pesar de que el buque enemigo no se veía, era seguro que no se había quedado rezagado en ningún punto de la costa ni había tomado rumbo a las Chafarinas, por lo que continuaron paralelo a la costa, pero con poco viento. A las 16:00 Barceló recibió las noticias de lo sucedido hasta entonces, tras lo que decidió volver al Estrecho por la costa africana, para llegar a la bahía de San Roque el día 4. Al amanecer de ese día, el pequeño de los jabeques berberiscos, pero que llevaba el gallardetón en su mayor, fue avistado unas cuatro o cinco leguas por delante del Gamo, siempre cercano a la costa. El viento refrescó, lo que facilitó que los jabeques españoles fueran ganando poco a poco terreno al argelino. La escuadra española se fue distribuyendo con el fin de tratar de limitar las opciones al jabeque enemigo. A las 13:30 roló a levante, «con lo que perdió todas las proporciones que le ofrecía su grande andar». Se encontraban en las inmediaciones del cabo Milonia. El Gamo se había destacado mucho del resto. Lo seguía a cierta distancia, por las mismas aguas, la Garzota, y a su través, a sotavento, más cercano a la costa, el Pilar, para cortar al enemigo en caso de que arribara en popa. La Santa Lucía se encontraba a bastante distancia. En este punto, Tejada relata cómo el enemigo tenía dos opciones:
1) meterse bajo los fuegos del castillo de Tremecén.
2) varar en alguna playa; según Tejada la mejor opción y fue la que tomó el corsario.
Allí se encontraban frente a frente los dos jabeques, capitaneados por los comandantes de sus respectivas escuadras, Sidi Mohamet Marroquí y Félix de Tejada. Pero si el argelino había concebido el plan de abordarlo, cambió parecer cuando estaba muy próximo al Gamo, pues volvió a la costa y la corrió en popa hasta meterse en la ensenada de Trigonia (actualmente ensenada Mersa). Poco antes de la oración, el Gamo entró en la ensenada y, cuando estaba a tiro de fusil, le descargó al jabeque argelino una andanada de palanqueta y metralla que tumbó a este ligeramente sobre la popa y la banda de estribor. Le siguió en el fuego la Garzota, manteniéndose todos los buques en las inmediaciones de la boca de esta lo que quedaba de noche.

En cuanto amaneció, los buques españoles dieron fondo próximos a la playa donde estaba el jabeque enemigo. En las laderas de la montaña y en la playa se había congregado una gran cantidad de escopeteros, que iniciaron un intenso fuego, hasta que el fuego de metralla de los cañones españoles terminó de desalojarlos. Cuando la playa estuvo más despejada, Tejada envió las lanchas del Gamo, Pilar, Santa Lucía yla Garzota, a reconocer el jabeque enemigo para cerciorarse de si era posible sacarlo. Pero los tres grandes agujeros que presentaba, hechos pedazos sus ligazones de los balazos recibidos, y estaba lleno de agua, por lo incendiaron. Mientras volvían a sus respectivos buques, las lanchas sufrieron un intenso fuego de fusilería desde la playa, adonde no se podía disparar ahora desde las fragatas por estar las lanchas en medio. Al llegar estas, el fuego de artillería y fusilería de los buques españoles se reanudó. Incendiado el jabeque argelino y retiradas las lanchas, la escuadra se puso a la vela. Tejada quería volver a la bahía de Algeciras para recoger las anclas allí dejadas, pero el regular estado de los jabeques le hizo tomar la decisión de llevar la división a Málaga, adonde arribó el 5 de diciembre. La fragata Carmen y el jabeque San Luis habían llegado a dicho puerto la noche del 2 de diciembre.
No hubo muertos entre los españoles, aunque sí se registraron 21 heridos (5 en el Gamo, 5 en el Pilar, 6 en la Santa Lucía, 4 en la Garzota y 1 en el San Luis), ocho de ellos de gravedad. De los enemigos solo se sabía que, del jabeque quemado cerca de la laguna de Melilla, entre muertos y heridos llegaban a 116.
De las informaciones dadas por los argelinos apresados se llegó a confirmar que los buques eran de la Regencia, y a saber que los arráeces de estos se llamaban Sidi Mohamet Marroquí, comandante de la escuadra y del jabeque menor, y Galunchi Turco, comandante del mayor. La embarcación portuguesa, que habían apresado el 11 de noviembre, estaba cargada de 24 cañones de distintos calibres, cinco anclas grandes, jarcia, barriles de queso y cajones de porcelana china con destino a Río de Janeiro; y su tripulación, de 24 hombres, había sido dividida por mitad entre los dos jabeques argelinos.
Los buques españoles sufrían daños de diversa consideración, especialmente los jabeques, después de varias horas de cañonearse con los argelinos. Así, el San Luis no había podido ceñir hacia Cartagena, mientras que el Pilar tenía su mayor y una verga de juanete rendidos, y su mastelero de gavia presentaba daños de un balazo, al igual que los tres jabeques.
Estimamos que, desde el comienzo la persecución de la flotilla argelina hasta el incendio del segundo jabeque, los buques habían recorrido 190 millas, y que habían transcurrido setenta horas desde la tarde del 29 de noviembre, en que se inició, y la mañana del 2 de diciembre, en que terminó. Tejada solicitó a González de Castejón que Salaverría fuera con sus fragatas a San Roque, para recuperar las anclas y cables allí dejados, lo que el secretario de Marina ordenó el 20 de diciembre, tras varias jornadas con fuertes vientos, al tiempo que a él le ordenaba dirigirse a Cartagena con los jabeques para su reparación. González de Castejón felicitó a Tejada muy efusivamente en nombre del rey, haciendo extensiva esta felicitación a todos los componentes de la división.

Garzota (1762)
Jabeque, construida en Cartagena por Edward Bryant.
Eslora: 35,64 m. Manga: 8,36 m
Arqueo: 335 toneladas.
Armamento 30 cañones: 24 en batería, 2 en alcázar y 4 en el castillo. Más 10 pedreros de a 2 libras
Gamo (1771)
Jabeque, construida en Palma de Mallorca por Juan Real.
Eslora: 37,52 m. Manga: 10,11 m Puntal: 3,51 m.
Arqueo: 480 toneladas.
Armamento 30 cañones: 24 de a 8 libras y 6 de a 4 libras. Más 12 pedreros de a 2 libras.
Pilar (1770)
Jabeque argelino; capturado.
Armamento 32 cañones: 24 de a 8 libras y 8 de a 3 libras. Más 8 pedreros de a 2 libras.
San Luis
Jabeque
Armamento 22 cañones: 18 de a 6 libras y 4 de a 3 libras.

Bibliografía consultada:
- La defensa de las costas del mar de Alborán en 1776 y los combates navales de Melilla y Trigonia. Enrique De Carlos Boutet.
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Revista General de la Marina
- Enciclopedia General del Mar.
- Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
- Diversos foros como:
- foro.todoavante.es
- http://www.todoababor.es
- https://foronaval.com
- https://www.armas.es/foros/historia-militar