MEDICIÓN DEL MERIDIANO TERRESTRE
En 1735 fueron destinados los marinos españoles Antonio de Ulloa y Jorge Juan y Santacilia,


como miembros de una Misión geodésica francesa, expedición científica dirigida por Pierre Bouguer y el astrónomo Louis Godin, con Charles Marie de La Condamine, patrocinada por la Real Academia de Ciencias de Francia para medir un arco de meridiano en las proximidades de Quito (Ecuador).



El viaje se inició el 26 de mayo , reuniéndose en la ciudad de Cartagena de Indias con los académicos franceses. Los problemas con el presidente de la Audiencia de Quito, que incluso encarceló a Ulloa, retrasaron el comienzo de los trabajos científicos hasta 1737.
Los experimentos científicos de la época sugerían que la distancia entre los meridianos variaba dependiendo de la longitud en que fueran medidos. Debía considerarse que la tierra no era una esfera perfecta y todos los conocimientos de navegación y cartografía se basaban en principios inexactos. El método elegido para medir un grado de meridiano entre las dos localidades elegidas (separadas 320 kilómetros) era la triangulación geodésica. Se basa en el principio geométrico de que si es conocida la longitud del lado de un triángulo y dos de sus ángulos se pueden obtener el resto de sus dimensiones. Llegaron a Cartagena de Indias el 9 de julio de 1735, y a Quito en junio del año siguiente.
La cadena de triángulos que fue preciso trazar para medir algunos grados de meridiano abarcó una extensión de 78 leguas, comprendidas entre el pueblo de Mira, a unas 16 leguas al nornoreste de Quito, y el de Pillat-Chiquir, a unas 6 leguas al sursureste de la ciudad de Cuenca. Pero en varias ocasiones, Jorge Juan y Ulloa tuvieron que interrumpir sus trabajos científicos de medición para obedecer las órdenes del virrey del Perú, que les pidió colaboración para reclutar y organizar tropas y para armar dos fragatas para neutralizar los intentos de los ingleses. Por fin, pudieron volver a Quito, donde se enteraron de que gran parte de la expedición francesa había regresado ya a Europa, excepto Godin, con quien observaron el cometa de 1774.

En el transcurso de casi una década recibieron una completa formación como astrónomos y por si esto no fuera poco, tuvieron también ocasión de realizar un curso completo de tecnología instrumental, teniendo en cuenta que, al parecer, el sector cenital que Bouguer llevó de Londres no era lo suficientemente bueno y hubo que fabricar sobre el terreno instrumentos nuevos más precisos. Por último, esta larga experiencia formativa en el terreno instrumental sería aprovechada posteriormente por Juan para dotar del utillaje adecuado al Observatorio de Cádiz, de cuyo proyecto y realización fue encargado por la Corona. Entre otros aparatos, los improvisados instrumentistas fabricaron (suponemos que usando las lentes del originario de Londres), un sector cenital que Jorge Juan en sus Observaciones denomina «de 20 pies de radio» y que puede verse en una ilustración de la obra. Juan y Ulloa, pues, aprovecharon bien el tiempo. Y todo ello a pesar de las numerosas rivalidades que surgieron entre las escuelas irreconciliables de Godin y Bouguer, las principales inteligencias de aquella misión.

Bibliografía consultada:
- Revista General de Marina
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Colección fotográfica. José Lledó Calabuig
- Enciclopedia General del Mar.
- Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
- https://www.pinterest.es
- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
- http://www.grandesbatallas.es
- Diversos foros como:
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