PRIMER SUBMARINO MILITAR DE LA HISTORIA
Entrada en servicio: 1888 – construido en La Carraca (San Fernando).

Características:
Eslora: 22,0 m. Manga:2,87 m. Calado: 1,77 m. Puntal: 2,76 m.
Desplazamiento: 77 t – en inmersión 85 t.

Propulsión: 2 motores eléctricos Inmish. 1 batería L´Electrique de acumuladores de 613 elementos de 220 V y 2 hélices Thornicroft.
Potencia: 30 CV
Velocidad: 8 nudos – en inmersión 10 nudos.
Armamento: 1 tubo lanzatorpedos de 360 mm a proa y 3 torpedos Schwarzkopf.
Profundidad: 80 m.
Tripulación: 12 marinos.

Historial:
Según Memoria del 15 de febrero de 1890 de Isaac Peral, el buque tenía una autonomía de 66 horas y un radio de acción de 284 millas náuticas (511 km).
Aunque el buque tuvo éxito en los tres simulacros de ataques nocturnos, fracasó en el diurno contra el crucero acorazado Cristóbal Colón y otras unidades menores, cuando fue detectado a 1.000 m del crucero. Igualmente, la comisión decidió que el buque no superaba los criterios de autonomía, a pesar de que Isaac Peral comprometió una autonomía que el prototipo sí cumplía.
El 11 de noviembre de 1890, el Ministro de Marina Antonio Cánovas del Castillo, siguiendo el dictamen del Consejo Superior de la Armada, trasladó a Peral un escrito que había presentado su predecesor en el cargo José María Beránger Ruiz de Apodaca al Consejo de Ministros, cuyo texto era: «El Comandante del torpedero submarino entregará al arsenal de la Carraca, bajo inventario, acumuladores, bombas, generadores y demás efectos y material de buque».
En 1929, el almirante Mateo García de los Reyes, primer comandante del arma submarina española, logró recuperar el casco y remolcarlo a Cartagena.

Instalándose en 1930 en tierra frente a la Base de Submarinos tras retocarse la obra viva.
