En diciembre de 1640 Portugal se rebeló contra la Monarquía Hispánica y los Estados Generales de las Provincias Unidas enviaron veinte barcos para apoyar a los rebeldes e interceptar la Flota de Indias. Artus Gijsels fue nombrado almirante de la flota y el barco de De Ruyter fue contratado para tomar parte de la expedición y él mismo fue puesto al mando de una de las tres escuadras de la flota. Las otras dos por el propio Artur Gijsels y Jacob Pietersz Tolck.

Alertados los españoles, la Escuadra de Galicia, bajo el mando de Andrés de Castro, la Escuadra de Nápoles, gobernado por don Martín Carlos de Mencos, la Escuadra de Galeones de don Pedro de Ursúa y la Escuadra de Dunquerque (Judocus Peeters) se reunieron con urgencia en Cádiz para interceptar a la flota holandesa. El gobernador militar de Cádiz, Juan Alonso de Idiáquez y Robles, duque de Ciudad Real, fue nombrado comandante de la flota en sustitución del capitán general, el duque de Maqueda, que estaba enfermo.
En las inmediaciones del cabo de San Vicente, el 4 de noviembre de 1.614, se encontraron la flota española compuesta por 23 galeones y los 20 navíos holandeses (17 galeones y 3 fragatas).

El duque de Ciudad Real ordenó de inmediato atacar a los principales buques holandeses. Después de sufrir graves bajas, detuvo el ataque y los barcos regresaron a Cádiz. Esta conducta enfadó al rey Felipe IV, que reprendió severamente, entre otros oficiales, a Martín Carlos de Mencos, al almirante Pedro de Ursúa, a los capitanes Pedro Girón, Gaspar de Campos y Adrián Pulido.

Algunos de los barcos holandeses, bajo el mando de Artus Gijsels, abandonados por sus aliados portugueses y franceses, tuvieron que navegar de vuelta a Inglaterra para hacer reparaciones. Se perdieron dos barcos holandeses, pero ellos afirmaron que solo un centenar de sus hombres resultaron muertos; la flota española también perdió dos barcos pero tuvo más de mil muertos. La flota holandesa dañada se vio obligada a abandonar su ataque planeado contra la flota del tesoro español.
El duque de Ciudad Real ordenó de inmediato atacar a los principales buques holandeses. Después de sufrir graves bajas, detuvo el ataque y los barcos regresaron a Cádiz. Esta conducta enfadó al rey Felipe IV, que reprendió severamente, entre otros oficiales, a Martín Carlos de Mencos, al almirante Pedro de Ursúa, a los capitanes Pedro Girón, Gaspar de Campos y Adrián Pulido.
Algunos de los barcos holandeses, bajo el mando de Artus Gijsels, abandonados por sus aliados portugueses y franceses, tuvieron que navegar de vuelta a Inglaterra para hacer reparaciones.
FLOTA HOLANDESA:
Escuadra del almirante Artus Gysels:
Prins, 38 cañones, 116 hombres
Sint Andries, 36 cañones, 115 hombres
Drie Helden Davids, 36 cañones, 91 hombres
Prins van Portugal, 26 cañones, 70 hombres
Engel Gabriël, 28 cañones, 80 hombres
Witte Engel, 30 cañones, 94 hombres
Vlissingen (fragata), 20 cañones, 70 hombres
Escuadra del vicealmirante Jacob Pietersz Tolck:
Rode Leeuw, 37 cañones, 118 hombres
Sint Maarten, 30 cañones, 100 hombres Hoop, 28 cañones, 79 hombres Sint Jacob, 26 cañones, 90 hombres
Tyger, 20 cañones, 54 hombres
Zwaan, 32 cañones, 90 hombres
Abrahams Offerrande (fragata), 20 cañones, 80 hombres
Escuadra del contraalmirante Michiel de Ruyter:
Haas, 26 cañones, 90 hombres
Roos, 36 cañones, 95 hombres Pelicaan, 32 cañones, 94 hombres
Gouden Leeuw, 24 cañones. 74 hombres
Graaf Maurits, 22 cañones, 55 hombres
Neptunus (fragata), 20 cañones, 60 hombres
FLOTA ESPAÑOLA: De los barcos españoles conocemos los siguientes nombres:
Nuestra Señora de Atocha, 50 cañones, 550 toneladas Nuestra S. de la Natividad, 50 cañones, 550 toneladas
San Juan,
Santiago,
Nuestra Señora de Estela,
Nuestra Señora de la Regla, 32 cañones, 400 toneladas
Santo Domingo, 30 cañones, 400 toneladas
San Miguel, 30 cañones, 400 toneladas
San Francisco, 30 cañones, 400 toneladas
San José, 30 cañones, 400 toneladas

Bibliografía consultada:
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Enciclopedia General del Mar.
- https://es.wikipedia.org.
- http://armada.mde.es/Armad