
La flota castellana destinada a la Mina de Oro (actual Elmina, Ghana) estaba compuesta por treinta y cinco barcos, todos de gran porte: naos o carracas redondas con posibilidades de carga. Entre ellas estaban la San Pedro y la Marigalante.

El Capitán General de la Gran Flota era Juannotto Bosca, marino de confianza del rey don Fernando, y llegó allí sin problemas y obtuvo gran cantidad de oro en intercambio con los indígenas. Habría deseado emprender el regreso pasados treinta días. Sin embargo, el comisario real Berenguer Graner decidió alargar la estancia durante al menos un mes más.
La larga inactividad y las enfermedades tropicales fueron mermando a los castellanos y dejando a la mayor parte de los tripulantes fuera de combate. Los barcos fueron anclados y cubiertos con lienzos en un puerto situado a un día de navegación de la Mina de Oro. El lugar donde se encontraban estaba separado de alta mar por un angosto paso llamado Estrecho de Tres Puntas.
Hacía dos meses que los castellanos languidecían en la Mina cuando apareció la flota portuguesa con once buques. El comandante portugués, Jorge Correa, envió por delante un barco ligero de reconocimiento que al alba detectó a los enemigos en el interior del puerto. El grueso de la flota se situó frente al estrecho de Tres Puntas, bloqueándolo, y atacó a los castellanos.

La resistencia fue muy débil. Solo una de las naves castellanas, llamada Candona, trató de luchar pero fue rápidamente dominada por dos barcos portugueses. Toda la flota castellana, con sus tripulantes y su rico cargamento de oro, cayó en manos de Correa. La victoria portuguesa fue total y al parecer sin sufrir bajas.
Retorno a la Península
Correa dictaminó que la flota se separase en el camino de vuelta, para evitar ser capturada en su totalidad. Un hecho curioso es que Correa ordenó liberar a los prisioneros de origen vasco, dándoles dos barcos ligeros de los más deteriorados y unos pocos víveres para que volviesen por su cuenta a Castilla. Al parecer, retenerlos habría contravenido un pacto existente entre portugueses y vascos.
Los barcos fueron llegando a Lisboa uno tras otro, sin pérdidas en el camino de vuelta. Los prisioneros fueron encerrados en mazmorras hasta el final de la guerra.

El quinto del oro conseguido fue entregado a la Corona portuguesa como impuesto, según la práctica habitual. Los ingresos así obtenidos por Alfonso V le permitieron lanzar una ofensiva por tierra contra Castilla.Cuando la noticia de la grave derrota llegó a Andalucía cundió el desánimo y se empezó a criticar duramente al rey Fernando. El año 1479 fue difícil para los reyes de Castilla porque se sublevaron simultáneamente varios nobles y las tropas portuguesas irrumpieron en Extremadura, reactivándose así la guerra por tierra hasta la firma del tratado de paz en septiembre, en el cual los castellanos tuvieron que ceder a Portugal el control exclusivo de todos los territorios del Atlántico con la única excepción de las Canarias.
Las fuentes portuguesas, por su parte, afirman que tanto los prisioneros de la batalla de Guinea como gran parte del oro capturado fueron devueltos a Castilla tras la firma de la paz.
Bibliografía consultada:
- Revista General de Marina
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Enciclopedia General del Mar.
- Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
- https://www.pinterest.es
- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
- Diversos foros como:
- foro.todoavante.es
- foro.todoababor.es
- https://foronaval.com
- https://blogcatedranaval.com
- spanishnavalhistory.blogspot.com
- https://vadebarcos.net
- http://www.mapasilustrados.com
- http://www.hispanismo.org
- http://www.navalaction.com