
A finales de 1534 el Mediterráneo Occidental estaba amenazado por la flota del almirante otomano Barbarroja, que se apoderó de Túnez en 1534, deponiendo a Bey háfsida Muley Hassan, vasallo de España.

El rey Carlos I de España convocó cortes en Madrid, para solicitar subsidios para recuperar Túnez, y, al mismo tiempo, pidió ayuda a otros príncipes.

Se reunieron para la operación las escuadras del Cantábrico y de los Países Bajos de los Habsburgo. Durante un año, escuadras españolas y portuguesas se fueron concentrando en Barcelona y la campaña fue contando con el apoyo de numerosos nobles españoles, como Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba; el duque de Nájera, Antonio Alonso Pimentel y Herrera, duque de Benavente; el marqués de Aguilar de Campoo; el conde de Niebla; Luis de Ávila; Fadrique de Toledo, comendador mayor de Alcántara y Fadrique de Acuña.

Durante el invierno de 1.534-1.535 Carlos I comenzó a preparar la expedición marítima a Túnez. Requisó hombres y barcos de todo el Imperio español:
- de Amberes zarparon transportes con protestantes con grilletes destinados a remar en las galeras.
- de Alemania, España e Italia, tropas hasta los puntos de recogida costeros.
- de Barcelona la flota de galeras de Andrea Doria.

- de Málaga zarpó Álvaro de Bazán el Viejo, Almirante de Castilla.
- de Génova, organizado por Alfonso de Ávalos, por orden de Carlos I, embarcaron tropas españolas, italianas y también 8.000 alemanes traídos por Maximiliano Eberstein.

Los galeones españoles de América aportaron a Carlos para la causa sagrada de la guerra contra el Turco, Lutero y otros enemigos de la fe una cantidad en oro cuyo valor ascendió a 1.200.000 ducados.

Buena parte del contingente, donde se encontraba el Carlos I, zarpó de Barcelona el 30 de mayo de 1.535, arribando a Mahón, en Menorca, el 2 de junio.

Por otro lado, otra flota partió de Génova, y recorrió la costa de Italia hacia el sur recogiendo los navíos del papa en Civitavecchia y también las de Nápoles, donde el Virrey Pedro Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca, y los príncipes de Salerno y Bisignano, Espineto, Garrufa y Hernando de Alarcón tenían preparadas sendas galeras armadas a su costa, y otras siete, a costa de todo el reino.
Días después la flota se reunió en Palermo, en la costa de Sicilia, y se encontraron con la flota que venía de Barcelona en Cagliari, en el sur de Cerdeña, donde Carlos I pasó revista, contando 74 galeras y fustas, 300 naves de vela, 25.000 infantes y 2.000 jinetes. El 14 de junio la expedición partió de Cerdeña y recaló entre Bizerta y las ruinas de Cartago, habiendo apresado antes dos naves francesas que habían avisado a Barbarroja del ataque.

El ejército desembarcó y puso sitio a la fortaleza de La Goleta, que es la llave a Túnez, pues guarda el puerto de esta ciudad, que cayó a los 28 días de combates, el 14 de julio de 1.535.

En la fortaleza se encontraban casi 300 cañones procedentes muchos de Francia y en el puerto unas cuarenta galeras y otras naves de diverso calado. En esta acción se destacaron los capitanes Hernando de Vargas y Alonso Carrillo.

Una vez tomada La Goleta, el ejército se dirigió a Túnez, en vanguardia los tercios recién creados en la ordenanza de 1534 y formados por veteranos de las guerras de Italia y Pavía, y en retaguardia diez mil infantes al mando del duque de Alba. La marcha fue dura debido al calor y por los continuos ataques de las tropas de Barbarroja, que fueron siempre desbaratadas.

El 21 de julio de 1535, cayó Túnez, habiéndose sublevado antes de su caída los cautivos de la Alcazaba, unos 5.000 cristianos que cooperaron con las tropas imperiales. Carlos I entró en la ciudad a la cabeza de los tercios, mientras Barbarroja debió huir.
Carlos I deseó continuar la operación y dirigirse a Argel, pero dado lo avanzado de la estación y el peligro de malos tiempos, no encontró unanimidad entre sus aliados, y el 17 de agosto las diferentes armadas se dispersaron. Carlos I hizo su entrada triunfal en Nápoles.
En La Goleta quedaron cuatro compañías de infantería y en la ciudad cercana de Bona otras cuatro compañías de infantería al mando de Bernardino de Mendoza. El Bey Muley Hasan fue puesto de nuevo en el trono de Túnez.

Fuerzas españolas participaron:
- La armada del Mediterráneo, con quince galeras, al mando de Álvaro de Bazán el Viejo.
- Seis galeras napolitanas al mando de García Álvarez de Toledo y Osorio.
- Cuarenta y dos naos de la escuadra del Cantábrico.
- Sesenta urcas de la escuadra de Flandes.
- Ciento cincuenta velas de la escuadra de Málaga, con 10.000 soldados. Entre ellas 80 naos gruesas y una nao capitana, de seis gavias, y que servía de hospital.
Por parte de los aliados de España:
- El Reino de Portugal, con el gran galeón Botafogo y veinte carabelas, al mando del Infante Luis de Avis, hermano de la emperatriz.
- Los Estados Pontificios con doce galeras, cuatro de ellas de la Orden de Malta, bajo el mando de Virginio Ursino.
- La República de Génova con diecinueve galeras al mando de Andrea Doria, entre ellas la galera real, con 26 bancos de cuatro remeros cada uno.
Bibliografía consultada:
- Revista General de Marina
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Enciclopedia General del Mar.
- Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
- https://www.pinterest.es
- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
- Diversos foros como:
- foro.todoavante.es
- foro.todoababor.es
- https://foronaval.com
- https://blogcatedranaval.com
- spanishnavalhistory.blogspot.com
- https://vadebarcos.net
- mapasilustrados.com
- hispanismo.org
- navalaction.com