1744 COMBATE DE TOLON

Estampa grabada por Fernando Selma. Museo Naval de Madrid.

La batalla de Tolón o del cabo Sicié fue un combate naval librado el 22 de febrero de 1744 frente a la costa francesa, cerca de Tolón, en el marco de la Guerra de Sucesión Austríaca. Una armada combinada franco-española, la española al mando al mando de Juan José de Navarro de Viana (en 1698 sentó plaza en el Tercio Viejo de la Mar de Nápoles) combatió contra la flota mediterránea británica bajo el mando del almirante Thomas Mathews en un combate de resultado indeciso. 

Juan José de Navarro de Viana y Búfalo

La flota francesa mandada por Claude-Élisée de Court de La Bruyèret zarpó de Tolón el 19 de febrero, navegando hacia el sur en una línea de batalla que se extendía a lo largo de seis millas, con 9 navíos franceses en la vanguardia, 6 franceses y 3 españoles en el centro, y 9 españoles en la retaguardia;​ izó su insignia en el Terrible, de 74 cañones, mientras que Navarro hizo lo propio en el Real Felipe, de 114 cañones.

Vicealmirante Claude-Élisée de Court de La Bruyèret

Día 21 de febrero

Los 30 navíos británicos al mando de Matthews navegaban al este de la flota franco-española, maniobrando hacia el suroeste para aproximarse a la línea de batalla aliada. ​

Almirante Thomas Mathews

Matthews había dividido su flota en 3 divisiones: una vanguardia de 9 navíos al mando del contraalmirante William Rowley, un centro de 10 navíos bajo su mando directo y una retaguardia de 13 navíos al mando del vicealmirante Richard Lestock.

Vicealmirante Richard Lestock

Día 22

La última división inglesa había quedado distanciada al menos a 7 millas del grueso de la flota, lo cual dejó a Matthews en inferioridad numérica frente a los franco-españoles. ​

Ambas flotas navegaron en paralelo; los aliados borbónicos al oeste y los británicos al este, estando los primeros algo más avanzados. Pese a su ventaja, De Court, conforme a las órdenes recibidas, no atacó a la flota británica. ​ Entonces, Matthews, viendo la inacción de Lestock, que no era capaz de reengancharse a la línea de batalla, dio la orden de ataque, aunque las órdenes del almirantazgo recomendaban no hacerlo hasta que las dos flotas estuvieran alineadas

A las 13:00, mientras la vanguardia franco-española se hallaba sin oponente, la vanguardia británica se batía con el centro francés y la división de Matthews hacía lo propio con la retaguardia al mando de Navarro. ​ El momento parecía haber sido juiciosamente escogido, pues cinco navíos españoles, el Brillante, el San Fernando, el Halcón, el Soberbio y el Santa Isabel, habían quedado rezagados de la retaguardia, dejando al Real Felipe de Navarro con el apoyo de dos navíos, mientras otros tres seguían con los franceses.​

Batalla de Tolón. Estampa grabada por Fernando Selma, según dibujo de Diego de Mesa. Museo Naval de Madrid.

La vanguardia franco-española, sin oponente, trató ganar el barlovento para doblar a la flota británica y ponerla bajo dos fuegos, pero la afortunada maniobra de tres capitanes británicos, los del Stirling Castle, el Warwick y el Nassau, que desobedeciendo órdenes y mantuvieron sus posiciones, lo evitó. ​ Entre tanto, Matthews, en el Namur, era apoyado por el Marlborough, que se cañoneaba con el español Santa Isabel, situado a popa del Real Felipe, y por el Norfolk, que hacía lo propio con el Constante. El Oriente, el América y el Neptuno apenas intercambiaron una salva con los navíos británicos y abandonaron su posición en la línea de batalla, dejando al Poder sólo enfrentándose a 4 navíos británicos. ​Esta acción fue muy criticada por el segundo capitán del Real Felipe, Lage de Cueilly, quien aseguró que la pérdida del Poder se debió a la defección de los tres navíos españoles. ​

Navío Real Felipe, insignia del Jefe de Escuadra Juan José Navarro

Tras varias horas de combate, el Constante, puesto fuera de combate, también abandonó la línea. ​ Desde el Real Felipe se dispararon varios cañonazos contra el navío para evitar su defección, pero fue en vano. El Norfolk, dañado en sus aparejos, no pudo perseguirlo. ​

Lo mismo sucedió con el Hércules, que, severamente dañado, abandonó su posición, dejando al Real Felipe en solitario frente al Namur y al Marlborough. ​ El Poder todavía permanecía en su lugar, enfrentándose a varios navíos británicos que actuaron con reluctancia y se contentaron con responder desde lejos a sus cañonazos. Sólo el Berwick, actuó con decisión. La primera salva del navío británico causó 20 muertos entre la tripulación del Poder y le desmontó varios cañones. 20 minutos después se rendía. ​

Combate entre el Real Felipe y el Namur  pintado por José Manuel de Moraleda y Montero en 1783.

El combate entre el Namur y el Marlborough contra el Real Felipe dejó a estos dos últimos navíos seriamente averiados. A bordo del británico murieron 42 hombres, entre ellos su capitán, y resultaron heridos 121. El navío llegó a cruzar la línea franco-española, recibiendo múltiples impactos​

Maniobras de combate

El Real Felipe quedó fuera de combate y prácticamente silenciado.​ Sus bajas ascendieron a 47 muertos, entre los cuales figuraba su capitán y 239 heridos, uno de ellos el almirante Navarro, cuya valentía los británicos reconocieron. La actuación del comandante español fue, sin embargo, controvertida.​ Matthews, habiendo dejando al buque insignia español fuera de combate, ordenó preparar un brulote, el Ann Galley, para acabar con él, y despachó los botes y pinazas de su división a remolcar al Marlborough fuera de la línea.

Terrible (derecha) capturado en 1746

 A las 16:00, cuando el Ann Galley comenzó a aproximarse al Real Felipe, dos o tres navíos españoles del grupo rezagado llegaron junto al insignia y concentraron el fuego de sus cañones sobre el brulote británico. ​ Desde el Real Felipe se puso a la mar una lancha llena de hombres para interceptarlo. Cuando la lancha se encontraba próxima al Ann Galley, el oficial al mando del brulote disparó una pistola contra los españoles. La pólvora se prendió y la embarcación voló por los aires. ​

El HMS Marlborough después de la batalla, fuera de combate.

Viendo la difícil situación en la que se encontraban los españoles, De Court se dispuso a socorrerlos.​ El comandante francés se distanció de Rowley y se dirigió hacia el Real Felipe con sus navíos. Rowley ordenó a sus navíos continuar hostigando a los franceses para impedir que alcanzaran el centro británico, pero la maniobra francesa surtió efecto y el Real Felipe pudo escapar bajo la protección de los navíos de De Court. ​

William Rowley
Momento álgido del primer combate entre españoles y británicos, en el que estos últimos se retiraron momentáneamente a reparar sus averías. Los protagonistas de este primer encuentro son el grupo del centro español, con el Real Felipe a la cabeza. Estampa grabada por Mariano Brandi, según dibujo de Diego de Mesa. Museo Naval de Madrid.

A las 17:00 en punto los británicos se distanciaron para reorganizar sus fuerzas y, a medida que se acercaba la noche, ambas flotas se separaron hasta una distancia de seis millas.​ El Poder, desmantelado e incapaz de seguir al resto de los navíos británicos, fue represado por varios buques franceses. ​

Acercan un brulote inglés al Real Felipe
Los franceses aparecen por fin y los ingleses se retiran por segunda y última vez, quedando los españoles dueños del lugar del combate. Estampa grabada según dibujo de Diego de Mesa,. Museo Naval de Madrid.

Día 23

La flota franco-española, reducida a 22 navíos efectivos, levó anclas y se dirigió al oeste​ Matthews, de acuerdo con las ordenanzas de guerra, ordenó la persecución. En esta ocasión la flota británica formó a la perfección una línea de batalla, mientras que españoles y franceses se retiraron desordenadamente divididos en dos agrupaciones según la nacionalidad de los navíos

​ El español Hércules estuvo a punto de ser apresado por los británicos, pero la intervención de la escuadra francesa lo evitó. El Poder hubo de ser quemado ante la posibilidad de su represa por la vanguardia de Lestock. ​

Día 24

Matthews detuvo la persecución. Todo lo que podía conseguir era la captura del Real Felipe, llevado a remolque por la flota franco-española; una compensación menor que garantizar la seguridad de la costa italiana que tenía órdenes de proteger,​ de modo que Matthews reparó sus navíos en Mahón y prosiguió con su misión. Los navíos aliados fueron llegando a diversos puertos españoles, la mayoría de ellos a Cartagena. ​

Modelización 3D del HMS Barfleur, insignia del contralmirante Rowley

Bibliografía consultada:

  1. Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
  2. Revista General de la Marina
  3. Enciclopedia General del Mar.
  4. Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
  5. http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portall/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
  6. Diversos foros como:
  7. foro.todoavante.es
  8. http://www.todoababor.es
  9. https://foronaval.com

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