BUQUE PIRATA BURLA NEGRA

ÚLTIMO BUQUE PIRATA DEL ATLÁNTICO

Buque similar

Benito Soto Aboal, nacido en Pontevedra en el año 1805, comenzó siendo un marinero de la costa gallega; a la edad de 17 años se enroló en el bergantín brasileño El Defensor de Pedro, que se dedicaba al tráfico de esclavos. Estando en 1823 en costas africanas, Benito Soto llevó a cabo un motín contra su capitán Pedro Mariz de Sousa Sarmento.

A partir de este momento da comienzo la historia de quien será conocido como el “último pirata del Atlántico”. Como capitán de El Defensor de Pedro, Benito Soto se dedicó a surcar los mares destrozando y saqueando todo lo que encontraba en su camino, especialmente barcos ingleses, convirtiéndose en un pirata temido en el Atlántico.

Su primera víctima fue la fragata mercantil británica Morning Star, que fue saqueada y casi la totalidad de su tripulación asesinada. Tras ello se dirigiría al norte, hacia las Azores. En dicho trayecto, entre otras, se encontró con el Topacio, de bandera norteamericana, que llegaba cargado desde Calcuta, y que fue saqueado y quemado tras ejecutar a la tripulación.

Burla Negra dando caza al Morning Star

Entretanto El Defensor de Pedro fue pintado de negro y rebautizado por el Capitán Soto como La Burla Negra.

Su siguiente víctima aparecería cerca de las Islas Canarias: el brickbarca Sumbury, que fue saqueada y hundida, habiendo sido ejecutados previamente sus tripulantes.

Tras ello La Burla Negra se redirigió hacia las Azores, abordando en su camino dos barcos portugueses, el Melinda proveniente de Rio de Janeiro y el Cessnock.. Después sería asaltado de nuevo un buque británico, el New Prospect, cuya tripulación sufrió la crueldad de su segundo hombre a bordo, Víctor Barbazán, marinero francés rebautizado por el capitán por un nombre más gallego.

Habiéndose hecho con un tesoro considerable gracias a sus exitosos abordajes, la tripulación de La Burla Negra decidió dirigirse a A Coruña, tomando el capitán Soto la decisión de deshacerse de tres de sus hombres por considerarlos poco leales. Ya en tierra, un tripulante se hizo pasar por el capitán del Defensor de Pedro y consiguió vender las mercancías robadas en la travesía.

Ferrotero de Benito Soto

Finalmente, La Burla Negra se dirigió hacia Cádiz con el objetivo de deshacerse del barco y disfrutar del botín acumulado en sus travesías, pero un golpe de mala suerte hizo que el vigía confundiera el faro de la Isla de León con el de Tarifa, encallando finalmente a poca distancia de Cádiz. Tras ser descubiertos, algunos de los tripulantes son capturados y ahorcados, logrando escapar Benito Soto, que llegó finalmente hasta Gibraltar, donde fue apresado por los ingleses y condenado a morir en la horca acusado de 75 asesinatos u órdenes de asesinato comprobados y 10 embarcaciones saqueadas y/o hundidas. Así, el 25 de enero de 1830, moría ahorcado a los 24 años de edad. Con él moría “el último pirata”, “el capitán de la Burla Negra”, el responsable de una serie de acciones de piratería que se ubicaban de forma tardía en el tiempo y que lo convirtieron en uno de los personajes más famosos de su época.

Cabe mencionar ciertas leyendas sobre este personaje:La que cuenta que antes de su último viaje, escondió en La Casa del Pitillo, edificio histórico de Pontevedra, parte de su tesoro.

Casa del Pitillo

En 1904, los trabajadores de una almadraba descubrieron, en el lugar donde había acabado su aventura el barco pirata, gran cantidad de monedas acuñadas en México en el siglo XVIII. La gente se volvió loca, echándose todo Cádiz a la playa con palas y cribas, hallándose al menos millar y medio de piezas. Así se hicieron famosos “aquellos duros antiguos que tanto en Cai dieron que hablá”, que en los carnavales del año siguiente inmortalizaría un personaje local, el Tío de la Tiza, con su peña Los Anticuarios.

Real de a ocho

También parece ser que la famosa “Canción del Pirata” de José de Espronceda, contemporáneo de Benito Soto, se la dedicó a éste.

El ron Burla Negra es un ron artesano traído de la Isla de Martinica y sometido a crianza en barrica de albariño, toma su nombre del barco pirata. Se le agrega agua de mar de las Islas Cíes para aportarle ese punto atlántico salino característico del ron que bebían los piratas. Ron artesano con un toque atlántico.

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