Los ingleses pusieron rumbo a Panamá desde las islas Canarias, con el objetivo de establecer una colonia permanente desde la que amenazar las posesiones españolas en América. Desesperados por la falta de víveres, desembarcaban en cada población española que veían, pero la noticia de su presencia ya se había difundido por todo el Caribe, por lo que los colonos españoles habían abandonado las villas indefensas, llevándose con ellos todas las provisiones, y formando partidas guerrilleras en el interior de las inhóspitas junglas centroamericanas. Drake, impotente, ordenaba quemar todos los asentamientos abandonados con los que se iba encontrando, obteniendo como único resultado nuevas bajas debidas a la acción de las guerrillas. Además de tener que sufrir las carencias logísticas, la aparición de brotes epidémicos empezó a hacer mella entre las tropas inglesas.
Continuaron navegando hasta Cartagena de Indias, pero el gobernador de la ciudad, don Pedro de Acuña, había recibido aviso de la presencia inglesa y había preparado cuidadosamente las defensas ante el inminente ataque de Drake. El almirante inglés, tras reconocer la disposición defensiva de la ciudad, renunció al ataque y continuó navegando hacia Panamá.
El 6 de enero de 1596 los ingleses llegaron a Nombre de Dios, pero el asentamiento había sido también abandonado por sus pobladores.

El capitán general de la región, don Alonso de Sotomayor había supuesto que Drake trataría de atacar remontando el río Chagres, pues sabía que los ingleses contaban con un gran número de barcazas.

Sotomayor destinó la mayor parte de sus escasas fuerzas a la fortaleza del Chagres, pero, previniendo un posible ataque por tierra mandó construir un pequeño fortín de madera, llamado San Pablo, sobre una loma en el camino que llegaba desde la costa de Nombre de Dios, destinándole 70 hombres bajo mando del capitán Juan Enríquez.

Como había supuesto el capitán general español, Drake ordenó el desembarco de unos 1.000 hombres al mando de Baskerville que avanzarían por tierra, tras lo que se dispuso a remontar con una flota de barcazas el río Chagres. La intención era formar una tenaza y tomar Panamá.

Al amanecer del día 8 de enero, tras dos días de marcha, los ingleses se lanzaron al asalto del fuerte español, pero los hombres de Enríquez, bien parapetados y manteniendo una estricta disciplina de fuego, consiguieron resistir hasta que a mediodía, el capitán Hernando de Liermo Agüero llegó con un minúsculo refuerzo de cincuenta hombres. Agüero, tras estudiar la situación y comprobar la abrumadora superioridad enemiga, ideó una estratagema que resultaría exitosa: ordenó a sus cincuenta hombres formar en una zona de alta vegetación próxima al lugar de los combates, y repartió entre sus soldados todos los tambores y clarines con los que contaba su reducida fuerza. Tras esto, ordenó el avance a través de la maleza haciendo el mayor ruido posible, de modo que diese la impresión de que el refuerzo español era mucho más numeroso de lo que en realidad era. Los ingleses, desalentados por los frustrados ataques al pequeño fuerte y golpeados por las enfermedades tropicales, cayeron en la trampa y Baskerville ordenó la retirada inmediata.
Durante los tres días que llevó a Baskerville regresar a sus buques, los ingleses fueron sufriendo un goteo interminable de bajas debidas a los ataques de las guerrillas españolas, las enfermedades, e incluso los ataques de indios hostiles. Al llegar de nuevo a Nombre de Dios, las tropas inglesas habían sufrido 400 bajas entre muertos, heridos, desaparecidos y enfermos graves.
Tras tener noticia Drake del descalabro de Baskerville y regresar al lugar donde la flota inglesa estaba anclada, comprobando la magnitud de la nueva derrota ordenó zarpar, tras incendiar Nombre de Dios, el 15 de enero, enfermo y desmoralizado. Poco después, mientras trataban de recoger agua potable, una partida formada por vecinos de la pequeña villa de Santiago del Príncipe (primer asentamiento de cimarrones en América) sorprendió a los ingleses, matando a treinta y siete de ellos.

Tras nuevos intentos de aprovisionarse y nuevas bajas debidas a las guerrillas españolas y a las enfermedades, el legendario corsario y pirata inglés, fallecía el 28 de enero de 1596, víctima de la disentería, contraída por el consumo del agua en mal estado que los ingleses se vieron forzados a beber. El cadáver de Drake, fue arrojado al mar en un ataúd de plomo, en las proximidades de la costa panameña.

El mando de la escuadra inglesa recayó entonces en sir Thomas Baskerville. El general inglés era plenamente consciente de que la misión había fracasado. Además de los dos almirantes, Drake y Hawkins, habían perdido la vida quince comandantes y capitanes y otros veintidós oficiales. Los buques estaban escasos de dotaciones, y las enfermedades tropicales diezmaban día a día a los poco aclimatados expedicionarios ingleses. Por ello, Baskerville decidió poner rumbo a la isla de Pinos para acometer reparaciones y prepararse para el regreso a Inglaterra.
Bibliografía consultada:
- Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
- Revista General de la Marina
- Enciclopedia General del Mar.
- Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
- http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
- Diversos foros como:
- foro.todoavante.es
- foro.latabernadelpuerto.es
- http://www.todoababor.es
- https://foronaval.com
- https://www.armas.es/foros/historia-militar
- http://www.histarmar.com.ar/InfGral/AASidoli/CarreraIndias-10.htm
- http://www.playclicks.com