1747 CARRERA DEL GLORIOSO

En julio de 1747, el navío de línea español San Ignacio de Loyola, alias Glorioso, botado en La Habana en 1740 y mandado por el capitán don Pedro Masía de la Cerda, regresaba a España desde Veracruz (México) transportando un gran cargamento de plata, oro, géneros medicinales, grana fina y silvestre, vainilla, azúcar, bálsamo, cacao, cueros y un valioso regalo personal del virrey de Filipinas destinado al rey Fernando VI.

Pedro Masía de la Cerda

1º Combate:

 El martes 25 de julio, mientras navegaba próximo a la costa de la isla de las Flores, en el archipiélago de las Azores, la tripulación del Glorioso distinguió entre la niebla a un convoy de buques mercantes ingleses. Cuando a mediodía la niebla comenzó a disiparse, los españoles divisaron diez buques británicos, tres de los cuales eran buques de guerra: el navío de línea Warwick, de 60 cañones; la fragata Lark, de 40 y el bergantín Montagu de 16; además del transporte de tropas armado con 20 cañones, Beaufort.

De la Cerda ordenó prepararse para el combate y continuó navegando hacia el noreste en dirección a Ferrol, manteniendo el barlovento. John Crookshanks, jefe del convoy, tras divisar al navío español ordenó su persecución. Con el paso de las horas y comprobando que se alejaba de la ruta marcada, ordenó al capitán del Beaufort que permaneciera junto al resto de los transportes para protegerles, e inició la caza del solitario buque. A media tarde el Montagu ya navegaba cercano al Glorioso. Después de un errático intercambio de fuego entre ambos barcos, que duró toda la noche, a las 11 horas del 26 de julio los otros dos barcos de guerra británicos se encontraban ya cerca del buque español.

A las 16 horas, cuando se produjo un chubasco que dejó al Glorioso sin viento, aunque curiosamente no fue así para los barcos ingleses, circunstancia que aprovecharon para acercarse al buque español. Sobre las 21 horas, con los horizontes «abromados» y advirtiendo Pedro Mesía que los tres bajeles enemigos se le venían encima, tomó la iniciativa. Arribó de improviso sobre el Montagu, que lo tenía pegado a su aleta de estribor, y le disparó algunos cañonazos. El capitán Connelly, comandante del pequeño bergantín inglés, ordenó alejarse para no regresar. La maniobra había situado al Glorioso al costado de babor de la Lark. El enfrentamiento fue corto. La descarga cerrada de todos los cañones de la banda de estribor sorprendió a la tripulación de la fragata, que a pesar de responder al fuego, vieron cómo su mastelero de sobremesa se venía abajo. Tras un cañoneo que duró, según los testigos, poco más de cinco minutos, John Crookshanks ordenó separarse del Glorioso. Ya no regresaría.

Maniobra 1º combate (Carlos Parrilla Penagos)

En esos momentos, con una visibilidad prácticamente nula, debido a las nubes y nieblas que ocultaban la luna, Pedro Mesía podría haber cambiado de rumbo y haber aprovechado la oscuridad de la noche para dejar atrás a sus perseguidores. Sin embargo, con gran seguridad, como si lo hubiera estado planeando durante días, viró su barco en redondo y se dirigió hacia el Warwick, manteniendo el barlovento. Al pasar por el costado del navío inglés, todos los cañones de la banda de babor y toda la fusilería embarcada dispararon una descarga cerrada sobre el sorprendido enemigo. Mesía ordenó de nuevo virar en redondo su barco y situarse al costado del Warwick, al que disparó otra descarga cerrada con la artillería de su otra banda. De este modo los dos barcos irían intercambiando andanadas hasta las 12 de la noche, en que los dos quedaron inmovilizados por falta de viento. El enfrentamiento, sin desmayo por ambos contendientes, continuaría hasta pasadas las tres de la mañana, en que al entrar un poco viento del EsteNoreste, el capitán Erskine, comandante del Warwick, decidió que había sufrido suficiente castigo. Aprovechó el viento favorable y se alejó para siempre del Glorioso. Las bajas españolas fueron cinco muertos (entre ellos dos civiles) y 42 heridos, de los cuales siete lo fueron de gravedad. En cuanto a los daños materiales, el buque sufrió cuatro impactos de bala de cañón en su casco a la altura de la primera batería y daños considerables en el aparejo. La mayor parte de ellos serían reparados en pocos días. Según el informe del capitán español, se efectuaron 406 cañonazos de a 24, 420 de a 18, 180 de a 8 y 4.400 disparos de fusil. ​

Cuando el Almirantazgo Británico tuvo noticia de este enfrentamiento, el capitán Crookshanks fue sometido a un consejo de guerra por denegación de auxilio y negligencia en combate. Declarado culpable, fue expulsado de la Royal Navy.

2º Combate:

Después de este primer combate, el Glorioso continuó navegando hacia España. El 14 de agosto, ya en las proximidades del cabo de Finisterre, en Galicia, los vigías del Glorioso divisaron en el horizonte tres velas. Según las fuentes inglesas se trataba del navío de línea Oxford, de 50 cañones; la fragata Shoreham, de 24 y la balandra Falcon, de 14. Todos ellos pertenecientes a la escuadra del almirante John Byng. ​ A las cuatro de la tarde, los tres buques sobrepasaron al Glorioso por ambas bandas a distancia prudencial sin hacer fuego. El Oxford por sotavento y los dos pequeños por barlovento. Nada más sobrepasar al buque español, los tres barcos se juntaron para hablar. Pedro Mesía, al comprobar que el navío más grande mareaba su trinquete para venir sobre él, tomó la iniciativa. Viró en redondo y se dirigió decidido hacia el buque inglés de mayor porte, ganándole el barlovento. Al igualarse con los barcos contrarios, ambas bandas dispararon todos sus cañones sobre ellos. La fragata y la balandra, situadas a barlovento del Glorioso, también dispararon sobre éste. El Oxford, después de dos andanadas, salió del fuego, huyendo ignominiosamente del combate. El duelo había durado casi tres horas, un enfrentamiento donde escasearon los cañonazos, pero donde el sentido táctico y la audacia del capitán español le habían dado la victoria. Prueba de ellos fueron las escasas bajas, cinco heridos leves y daños mínimos. La opinión desfavorable que el capitán español apuntó en su diario de navegación sobre Callis, se vería refrendada al día siguiente, cuando los tres bajeles volvieron a pasar a unas dos millas de la proa del Glorioso, sin hacer maniobra alguna por buscar el enfrentamiento. ​

Maniobra 2º combate (Carlos Parrilla Penagos)

Como había sucedido anteriormente con su compañero, el capitán Callis fue sometido a un consejo de guerra. Pero a diferencia del comodoro Crookshanks, Callis fue absuelto y restituido con honor. ​

Dos días después, el Glorioso consiguió arribar al puerto de Corcubión, quedando fondeado en la bocana de la ría. Sería definitivamente el 18 de agosto por la noche cuando el navío llegaría a las inmediaciones de la población de Corcubión, comenzando a desembarcar su cargamento a la mañana siguiente. ​

Permaneció fondeado en Finisterre durante tres días a la espera de viento favorable para dirigirse de nuevo a Ferrol. El 14 de octubre, un fuerte viento garreó el ancla del navío, obligando a su capitán a dirigirse hacia Cádiz.​

El 17 de octubre, los vigías del Glorioso divisaron a la altura del cabo de San Vicente diez velas, dos de las cuales, aprovechando el viento favorable, se dirigían hacia el solitario navío. Se trataba de las fragatas King George y Prince Frederick, ambas pertenecientes a una pequeña escuadra corsaria bajo el mando del comodoro George Walker.

Comodoro

3º Combate

King George, desarbolado

Tras el avistamiento, la King George, consiguió aproximarse al Glorioso e iniciar un intercambio de disparos con el navío español. Con su primera salva, el Glorioso derribó el mástil principal y desmanteló dos cañones de la fragata británica, teniendo que soportar la King George tres horas de duro castigo sin apenas margen de maniobra; la Prince Frederick apareció en escena sobre las 10.30 de la noche, situándose sobre la aleta de babor del Glorioso, y comenzó a disparar en un intento de distraer el fuego sobre su comandante. Media hora después, el Glorioso se alejó del combate sin que ninguna de las dos fragatas hiciera nada por impedirlo.

4º Combate:

Al amanecer del día siguiente, tres fragatas de la Royal Navy, con el navío de tres puentes Russell, se dirigían a la caza del Glorioso. Pedro Mesía, para evitar un enfrentamiento tan desigual, ordenó virar el buque y dirigirse hacia el noroeste. A media mañana los vigías localizaron un solitario navío que venía a su encuentro, se trataba del navío británico de 50 cañones, Darmouth. Cuando llegó a la distancia de tiro, empezó a disparar con sus cañones de proa. De la Cerda evaluó la situación y decidió esperar a su oponente. Hamilton, consciente quizás de la menor potencia artillera de su navío, no quiso exponer todo su costado, por lo que al llegar su proa a la altura del palo mayor del Glorioso, puso parte de sus velas en facha para frenar el buque y comenzó el duelo artillero. Éste duró casi tres horas, hasta que pasadas las tres de la tarde una explosión tremenda desintegró el Darmouth. Sólo hubo 18 supervivientes, incluido un teniente.

Glorioso contra Darmouth

Durante el resto del día, toda la tripulación del Glorioso permanecería reparando la arbolada del navío, para poder enfrentarse con alguna garantía a los navíos que se aproximaban por el sur.

5º Combate

A las doce de la noche, con una luna llena que permitía ver como si fuera de día, el comandante español comprobó con resignación cómo un buque de tres puentes aprovechaba la ligera brisa nocturna y se le colocaba a barlovento. Era el Russell, un navío de 80 cañones, otras dos fragatas se situaron a cierta distancia sobre su popa. Tras una noche entera disparándose con cualquier arma que hubiera a bordo, los cañones del Glorioso dejaron de disparar pasadas las seis de la mañana. Ya no había con que cargarlos.

Glorioso contra Russell

 Finalmente, en la mañana del día 19, con 33 muertos y 130 heridos a bordo, exhausta la tripulación y agotada su munición, Pedro Masiá de la Cerda rindió el navío. Al subir al Russell, descubriría los enormes daños infligidos a su oponente que le hicieron comprender lo cerca que había estado de la victoria. Quizás entonces se acordara de la munición que había solicitado en Corcubión para reponer la consumida en los combates de julio y agosto, y alguien en un despacho no consideró que debía suministrársela para realizar un viaje tan corto de Corcubión a Ferrol.

Grabado Glorioso después de la captura

El comodoro George Walker, reflexionó sobre el combate con las siguientes palabras:

«Y de nuevo comenzó la persecución y la conquista de su audaz y escurridizo enemigo; porque nunca los españoles, y nadie en realidad, han luchado mejor con un barco que lo hicieron ellos«.

Ultimo combate del Glorioso (Ferrer Dalmau)

NAVÍO ESPAÑOL:

San Ignacio de Loyola – Glorioso (1740)

Construido en Cuba; unas 800 T. de desplazamiento.

No se conocen las dimensiones exactas pero se estima en: Eslora 53 metros, manga 14 metros y puntal 7 metros. Su tripulación era de unos 600 hombres.

En el momento de su entrega contaba con un total de 80 cañones, repartidos de la siguiente manera:

  • 30 cañones de 24 libras en la primera batería
  • 28 cañones de 18 libras en la segunda batería
  • 12 cañones de 8 libras en el castillo

NAVÍOS INGLESES:

HMS Warwick (1741)

Botado en 1.719, fue reconstruido en 1.741. 951 T. de desplazamiento.

Eslora 43,9 metros, manga 11,9 metros y calado 5 metros. 400 Tripulantes

En el momento de su entrega contaba con un total de 60 cañones, repartidos de la siguiente manera:

  • 24 cañones de 24 libras en la primera batería
  • 26 cañones de 9 libras en la segunda batería
  • 10 cañones de 6 libras en el castillo

HMS Dartmouth (1741)

Botado anteriormente, fue reconstruido en 1.741. 856 T. de desplazamiento.

Eslora 40,8 metros, manga 11,7 metros y calado 4,8 metros.

En el momento de su entrega contaba con un total de 50 cañones, repartidos de la siguiente manera:

  • 22 cañones de 18 libras en la primera batería
  • 22 cañones de 9 libras en la segunda batería
  • 6 cañones de 6 libras en el castillo

HMS Russell (1735)

Botado en 1.719, fue reconstruido en 1.741. 1.350 T. de desplazamiento.

Eslora 48,2 metros, manga 13,6 metros y calado 5,5 metros.

En el momento de su entrega contaba con un total de 80 cañones, repartidos de la siguiente manera:

  • 26 cañones de 32 libras en la primera batería
  • 26 cañones de 12 libras en la segunda batería
  • 28 cañones de 6 libras en el castillo

HMS Oxford (1727)

Primera reconstrucción en 1.702, la segunda en 1.727. 780 T. de desplazamiento.

Eslora 41 metros, manga 11 metros y calado 4,62 metros.

En el momento de su entrega contaba con un total de 80 cañones, repartidos de la siguiente manera:

  • 22 cañones de 18 libras en la primera batería
  • 22 cañones de 9 libras en la segunda batería
  • 6 cañones de 6 libras en el castillo

HMS Shoreham (1744 )

Era un sexta clase de 24 cañones.

Bibliografía consultada:

  1. Historia Marítima Española. Francisco Javier Oubiña Oubiña.
  2. Revista General de la Marina
  3. Enciclopedia General del Mar.
  4. Wikipedia. https://es.wikipedia.org.
  5. http://armada.mde.es/ArmadaPortal/page/Portal/ArmadaEspannola/conocenos_historia.
  6. Diversos foros como:
  7. foro.todoavante.es
  8. foro.latabernadelpuerto.es
  9. http://www.todoababor.es
  10. https://foronaval.com
  11. https://www.armas.es/foros/historia-militar
  12. http://www.histarmar.com.ar/InfGral/AASidoli/CarreraIndias-10.htm
  13. http://www.playclicks.com

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