La puerta de Atarazanas está situada en la calle del mismo nombre y es lo único que queda del antiguo edificio de las atarazanas árabes.

En su momento fue una de las puertas al mar de las murallas de la ciudad medieval y hoy es la puerta principal del mercado de Atarazanas, que se levanta en el solar de lo que fueron primero las atarazanas islámicas y después de la Reconquista cuartel naval y astillero.

La puerta de la época nazarí (siglo XIV). La puerta es de planta rectangular con dos pórticos paralelos en los que destacan sus aberturas principales compuestas sobre la base de arcos de herradura unidos por una bóveda de cañón: También es digna de mención la totalidad de la cornisa, compuesta por grabados a base de pequeños arcos de herradura encadenados, y las ventanas de herradura con cerramientos de madera.
Sobre el arco se encuentran dos escudos nazaríes, del reinado de Mohamed V (1362-1391) y una banda diagonal con el lema de la dinastía: “solo Dios es vencedor, ensalzado sea”. Procede de la Orden de la Banda, concedida a Mohamed V ( rey nazarí de Granada entre 1354 y 1359) por Pedro el Cruel para agradecerle su ayuda en recuperar el trono de Castilla.

Las crónicas históricas describen las atarazanas como un gran edificio, de siete arcos abiertos para fondeadero de navíos y galeras, de gran altura, para permitir la entrada de la arboladura de los barcos. En el interior, un patio con columnas y otras dependencias.
Siglo XIII
En el primer cuarto del siglo XIII ibn Askar-ibn Jamis escribía: “Yo encontré en los escritos de ilustre alfaquí Abu l-Tahir al Sabti lo siguiente: Me recibió el visir y Katib Abu Abd Allah Nizar, en las atarazanas de Málaga”. El astillero presentaba planta rectangular, dividida en cinco naves longitudinales, con orientación norte-sur y que se abrirían hacia la orilla meridional a través de sendas puertas. Dichas naves se hallaban cruzadas por otras diez transversales, en sentido este-oeste. Su perímetro estaría circundado por una serie de pequeñas torres o estribos de planta rectangular o cuadrada,

Siglo XIV
Ampliación del edificio con las obras llevadas a cabo por Yusuf I (1318-1354) o por su sucesor Mohamed V13 (1354-1359).

Siglo XV

En 1494 tenían siete arcos para fondeadero de navíos y galeras, cada una de 24 por 4,5 metros, con bóvedas de ladrillo tan altas que las naves al entrar no necesitaban ser desarboladas. Y adosada a cada nave, otra rectangular para fabricar y almacenar toda clase de pertrechos.


Siglo XVI

En 1535 el Emperador Carlos V mandó reparar esta fábrica y de este tiempo arrancaba parte de la obra cristiana o moderna y el nombre de Atarazanas Reales.
Encontrándose ya ubicados los Molinos de la Pólvora en la trasera de las Atarazanas, se produjo una explosión en 1595 con gran número de víctimas.
Siglo XVII
1618. Una segunda explosión de los Molinos de la Pólvora.
En 1676, con el fin de paliar la dramática situación de la epidemia de peste se preparó una enfermería costeada con parte del salario anual de los regidores y se procedió a trasladar a los no contagiados a las Reales Atarazanas.
Con la peste de 1678 se creó el Hospicio de Nuestra Señora de Europa (en las Atarazanas) con la finalidad de que atendiera a los pobres sin hogar.
En 1679, bajo la presión de las epidemias de peste, el edificio de las Atarazanas dio acogida a 400 pobres, pero en la primavera de ese mismo año el contagio se extendió a los allí recogidos, lo que obligó su cierre.
Siglo XVIII
Su carácter militar se mantuvo durante varios siglos, fue cuartel para caballería e infantería, entre ellos el de Asturias y el de la Princesa, más tarde Colegio de Cirugía.
En 1752 el arquitecto y profesor de matemáticas, Ambrosio Arias, realizó obras de mayor consideración en el mismo edificio, tanto en la zona que ocupaban los cuarteles de caballería como en el del regimiento de Asturias.

Se realiza una reforma integral para uso militar en 1773-1775.


Siglo XIX

Aunque ya se habían derribado algunos torreones de las Atarazanas, se siguió utilizando como cuartel de Artillería hasta 1861, cuando se demolió la esquina que da a la actual calle Arriola.

En 1868 se decretó el derribo total del edificio para construir el mercado, aunque la intervención de la Academia de Bellas Artes de San Telmo logró salvar al menos la puerta principal.
Bibliografía:
- Las Atarazanas de Málaga. Olga Lora Hernández y Ana M.ª Espinar Cappa.
- Las atarazanas de Málaga. Proyectos de intervención en el siglo XVIII. Rosario Camacho Martínez.
- http://legadonazari.blogspot.com/2014/01/atarazanas-de-malaga.html
- http://www.wikipedia.com
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